Columna de opinión sobre atletismo en prensa
Es raro ver en un suplemento tan leído como "Ovación" una columna de opinión sobre atletismo. Por ello, más allá de que no compartimos todos los conceptos vertidos en el artículo -escrito por cierto por quien ayer mismo confundió las marcas de Andrés Silva de 400 vallas con la de llanos evaluando su rendimiento, y el mismo que en otras veces ha cambiado nombres y resultados como la historia de los uruguayos vencedores en San Fernando-, transcribimos la nota publicada lunes 14 de abril de 2008 en este suplemento del diario El País.
Así como se reclama que la gente vaya a los espectáculos (en lo personal, vi bastante público en las tribunas aunque imagino que hace 10 años irían más personas), sería bueno que los propios medios revisaran el espacio que brindan a este deporte, del cual solo recuerdan a tres o cuatro figuras y una vez al año. También sería oportuno que el periodismo deportivo realmente cuide más su "saber" y aquellos deportes sin pelota (es insólito que el "colo" Martínez cuando viene a Uruguay conozca más la realidad y nombres de todos los atletas que los propios uruguayos). Al fin y al cabo, en este mismo momento en que se lee esta nota (sea "este mismo momento" cualquier hora del día) es casi seguro que haya casi más personas corriendo, trotando o caminando por deporte que jugando al fútbol incluso. Aunque, si comparamos el espacio que se le brinda a ambos en los medios, no cabe duda que el pedestrismo saldrá perdiendo por lejos.
Es sabido que público se hace y no sólo se nace.
Como sea, transcribimos la nota y que cada uno elabore su opinión:
"El torneo Darwin Piñeyrúa debería ser la fiesta máxima del atletismo uruguayo, pero en lugar de vivirla y disfrutarla como tal, pasa inadvertida ante nuestros ojos.
Antiguamente las familias iban a pasar el día a la pista cuando se disputaba el Piñeyrúa. Había música, vendedores y niños que aprovechaban cualquier recta para sentirse atletas e imitar la tan ansiada largada de los 100 metros.
El pasado fin de semana se disputó la 24ª edición del Piñeyrúa, pero la pista estuvo desolada.
En un pequeño sector de las gradas se ubicaron los pocos asistentes que, incluso, eran competidores y el ambiente no se diferenciaba mucho al de un día de entrenamiento con el "plus" de los reporteros gráficos.
¿Cómo puede ser que los dos atletas que ganaron más medallas para Uruguay en los últimos años vengan a competir a la capital por única vez al año y no pase nada?
Seguramente dentro de unos meses, cuando estén en los Juegos Olímpicos, todos se pegarán al televisor para verlos correr por Uruguay, pero ayer también lo hicieron y no se notó.
Aunque el espectador no lo sepa, el público juega un papel importantísimo en el interior del deportista.
No es lo mismo que la panorámica al correr una carrera sean los árboles del Parque Batlle que una tribuna llena haciendo fuerza.
El atletismo uruguayo padece un trágico dualismo: por un lado hay excelentes deportistas, grandes promesas y hasta se trabaja como pocas veces, pero como deporte está muy lejos de generar, en la sociedad, las sensaciones que merece."
fuente: http://www.elpais.com.uy/08/04/14/pdepor_341014.asp