¿El secreto está en la hierba?
Usain Bolt volvió a ganar en los 100 metros como para seguir cultivando en las pistas su leyenda de invencible
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POR SIMÓN GÓMEZ DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR
Bolt era Bolt incluso antes de conquistar tres oros en los Juegos Olímpicos de Beijing. Pero la leyenda de Bolt nació en la capital China el día que comenzó a festejar su triunfo en los 100 metros llanos antes de llegar a la meta. Lo interesante no fue solo que triunfó sino que además lo hizo con el récord mundial, y de paso -trotando-, bajó la barrera de los 9,70 segundos para ubicar la marca en 9,69. Pero ayer este jamaiquino volvió a demostrar que su llegada a la pistas no fue un espejismo olímpico.
Una bestia. Ayer, por unos segundos, algunos dudaron de la supremacía de Usain Bolt. En la final de los 100 metros de la Golden League disputada en Bruselas, Bélgica, la nueva sensación del atletismo no partió todo lo bien que se esperaba. La delantera la tomó, su compatriota y ex dueño de la marca mundial (9,72), Asafa Powell quien, también por segundos consideró que podía volver a ganar. Pero no fue así, en los últimos 10 metros Bolt soltó su zancada y terminó ganando con un tiempo de 9, 77 contra los 9,83 de Powell. No fue récord pero fue un gran triunfo sobre todo porque le ganó de atrás al único hombre que le había ganado esta temporada. "Salí de forma excelente, pero Usain no afloja", dijo Powell antes de que el ganador le retribuyera el piropo. "Somos adversarios en la pista pero también buenos amigos", afirmó Bolt quien quedó a ocho centésimas de su récord mundial aunque desde antes de la competencia el viento estaba en contra y el agua había afectado la pista.
Por estos días este joven jamaiquino -que se eleva 1,96 metros de la tierra y pesa 76 kilos- tiene claro que corre contra sí mismo. En los Juegos Olímpicos ganó tres oros (100 metros, 200 metros y posta de 4x100) al igual que los míticos Jesse Owen en 1936 y Carl Lewis en 1984. Pero a diferencia esas leyendas el relámpago jamaiquino lo hizo con el récord mundial en las tres competencias. Pero incluso después de China siguió mandando porque Powell, después de Beijing, solo ha podido igualar el viejo récords de 9,72. Es decir aún no pudo romper la barrera de los 9,70, por ahora esa es la dimensión a la que llega un solo hombre en el planeta: Bolt.
Gracias a la hierba. Todas estas consideraciones previas llevan a pensar que la humanidad está asistiendo al nacimiento de una verdadera bestia de las pistas que parece no tener techo. Por eso ahora se busca saber qué es lo que lo hace diferente a Bolt.
Se ha hablado de que lleva una dieta relajada (se comió unas miniaturas de pollo antes de la final de los 100 metros en China), también se dudó de su honestidad (no faltan quienes esperan que de un momento a otro de positivo de alguna sustancia) y ahora se afirma que su secreto es la hierba. Y la verdad es que su Jamaica natal tiene mucho qué ver.
Como en el país caribeño no abunda el dinero, allí los atletas no contaban con pistas de tartán por lo que entrenaban en pistas de hierba. En una entrevista concedida a The New York Times Bolt admitió que solo pisa las pistas sintéticas para competir. "Creo que entrenarme sobre hierba, corriendo a máxima velocidad y con zapatillas de clavos es la mejor forma de fortalecer mis piernas", dijo Bolt eludiendo teorías elaboradas. Pero otros ven el este atleta algo más que piernas fuertes, ven un desparpajo poco común como si su motivación fuera similar a la de un niño. A qué no lo atrapan.
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